Disfunción Eréctil

La disfunción eréctil (DE) es una disfunción sexual masculina común. Ocurre cuando se tiene dificultades para lograr o mantener una erección. Esta disfunción es más común a medida que se envejece pero no es parte natural del envejecimiento.

A algunas personas les cuesta hablar de sexo con el médico. Pero si tiene DE, debe comunicárselo. La DE puede ser una señal de problemas de salud. Puede significar que los vasos sanguíneos están tapados. Puede indicar que tiene una lesión nerviosa causada por diabetes. Si no va al doctor, estos problemas no se van a ir por su cuenta.

El médico puede ofrecerle varios tratamientos nuevos para la DE. Para muchos hombres la respuesta es tan simple como tomar una pastilla. Ejercitarse más, perder peso o dejar de fumar también puede ayudar.

Disfuncion erectil

La disfunción eréctil puede ser provocada por:

    • Diabetes (nivel alto de azúcar en la sangre).
    • Hipertensión (presión arterial alta).
    • Aterosclerosis (endurecimiento de las arterias).
    • Estrés, ansiedad o depresión.
    • Consumo de alcohol y tabaco.
    • Algunos medicamentos de venta con receta, como los antidepresivos, los analgésicos y los medicamentos para la presión arterial alta.
    • Fatiga.
    • Lesiones cerebrales o de la médula espinal.
    • Hipogonadismo (lo que provoca niveles más bajos de testosterona).
    • Esclerosis múltiple.
    • Enfermedad de Parkinson.
    • Terapia de radiación a los testículos.
    • Accidente cerebrovascular.
  • Algunos tipos de cirugía de próstata o de vejiga.
    • Sentirse nervioso sobre las relaciones sexuales, tal vez debido a una mala experiencia o a un episodio anterior de impotencia.
    • Sentirse estresado, incluido el estrés proveniente del trabajo o situaciones familiares.
    • Estar preocupado por problemas en la relación con su pareja sexual.
    • Sentirse deprimido.
    • Sentirse tan tímido que no pueda disfrutar de las relaciones sexuales.
  • Pensar que su pareja está reaccionando en forma negativa hacia usted.

La prevención de la disfunción eréctil está orientada a evitar, en la medida de lo posible, los factores de riesgo que contribuyen a su aparición. Como hemos visto, aunque las posibilidades de padecer de la disfunción eréctil se incrementan con la edad, la disfunción eréctil no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Sin embargo, existen una serie de enfermedades y de hábitos nocivos, como el tabaquismo y el alcoholismo, que predisponen a padecer este problema.

Se puede, por tanto, prevenir la aparición de disfunción eréctil adoptando unos hábitos de vida saludables desde la juventud, o modificando los que sean incorrectos. Algunas medidas que se pueden adoptar son:

Dejar de fumar

Numerosos estudios han relacionado la disfunción eréctil con el tabaquismo. El tabaco dificulta la circulación sanguínea, por lo que el pene recibe un riego menor. El tabaco tiene la capacidad de alterar la síntesis del óxido nítrico (NO), una molécula que tiene la función de dilatar las células musculares de las venas, facilitando el riego sanguíneo e incrementando la oxigenación de los tejidos, lo que favorece la erección. Los efectos nocivos del tabaco pueden mantenerse tras abandonar el hábito, pero los estudios realizados señalan que los adultos jóvenes que dejan de fumar disminuyen el riesgo de padecer disfunción eréctil en el futuro.

No abusar del alcohol

Si se trata de un abuso ocasional, los efectos inmediatos derivados de la ingesta excesiva de alcohol se traducen en que la sensación de excitación que siente el bebedor no se acompaña de la rigidez peneana habitual, es decir, que la rigidez es menor que cuando no consume alcohol. En el caso de alcoholismo crónico, la disfunción eréctil está directamente relacionada con el tiempo, la frecuencia y la cantidad de alcohol ingerido por el paciente. En determinados casos, el alcoholismo puede provocar una de la disfunción eréctil permanente que no remita ni aún después de dejar la adicción, por eso es de vital importancia eliminar o reducir al mínimo el consumo de alcohol cuanto antes.

Realizar ejercicio

Como en tantas otras afecciones, el sedentarismo es un importante factor de riesgo para desarrollar disfunción eréctil. El ejercicio físico practicado regularmente (como mínimo 3 ó 4 veces a la semana durante al menos 30 minutos) tiene numerosos beneficios, disminuye las posibilidades de padecer enfermedades cardiovasculares, al reducir el colesterol malo y favorecer la circulación sanguínea. Dada la estrecha relación que existe entre los trastornos cardiovasculares y la de la disfunción eréctil, prevenir este tipo de dolencias (cardiopatías, hipertensión arterial,hipercolesterolemia, arteriosclerosis), supone una protección adicional contra la disfunción sexual.

Controlar el peso

El exceso de peso y la obesidad están relacionados con desórdenes metabólicos que pueden desembocar en diabetes mellitus, una enfermedad fuertemente asociada con la disfunción eréctil. Por lo tanto, es necesario seguir una dieta sana y equilibrada combinada con la práctica de ejercicio recomendada en el punto anterior, para evitar el exceso de peso y sus consecuencias indeseadas.

Descansar

La falta de horas de sueño, el estrés y una actividad excesiva, pueden bajar la libido y llegar a causar disfunción eréctil. Buscar tener más horas de descanso efectivas es vital para hacer remontar tu deseo.

No automedicarse

Determinados medicamentos pueden ocasionar de la disfunción eréctil. Nunca debe tomar medicamentos sin control médico y, en el caso de seguir un tratamiento debido a padecer una enfermedad crónica, se deben adoptar otras medidas (como una dieta adecuada y la práctica de ejercicio) que contribuyan a disminuir al máximo la dosis de medicación necesaria para obtener los resultados terapéuticos perseguidos.

Consultar al médico

Si se padece un episodio de disfunción eréctil aislado no suele ser preocupante, pero si la situación se repite es preciso acudir al médico porque el diagnóstico precoz facilita el tratamiento de la afección. No se deben adquirir medicamentos sin prescripción médica para tratar la disfunción eréctil. Esta práctica pueden resultar muy peligrosa para la salud.

Tratar la ansiedad y la depresión

La disfunción eréctil puede estar originada por trastornos afectivos, traumas, problemas de pareja… que es necesario diagnosticar y tratar adecuadamente. Una vez eliminada la causa se eliminan también sus consecuencias.

El tratamiento de la disfunción eréctil depende de cuáles sean las causas. Después de que su médico lo examine para detectar problemas médicos y medicamentos que podrían provocar la disfunción eréctil, es posible que le haga probar un medicamento para ayudar a tratar la disfunción eréctil. El sildenafilo (marca: Viagra), el tadalafilo y el vardenafilo son medicamentos que se toman por boca y que ayudan a mantener una erección. No todos los hombres pueden utilizar estos medicamentos. Es posible que su médico le hable sobre la posibilidad de usar alprostadil si los medicamentos orales no son una opción para usted. El alprostadil es una versión sintética de la prostaglandina E. Se puede inyectar en el pene o insertar como un supositorio diminuto en la uretra. Su médico lo ayudará a decidir cuál es el mejor tratamiento para usted.

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